No descuides tu ministerio – Aquerles Ascanio
Un dĂa un fuego encendiĂł una
llama en tu corazĂłn
Escuchando un precioso
mensaje
Quien irá, quien irá por los
campos a llevar la preciosa semilla
Quien irá quien irá
predicando, salvando las almas perdidas
Fue la voz de JesĂşs que pudo
cambiar tu vida
Y te dio la misiĂłn de
trabajar en su viña
Y humillado a sus pies le
dijiste aquà está mi vida
Y humillado a sus pies le
dijiste aquà está mi vida
II
Y cantando o predicando Dios
te usaba con poder
Muchas almas convertidas a JesĂşs
tĂş podĂas ver
Pero al pasar de los años
hoy hay esta inquietud
¿Dios que me estará pasando?
se me acabo la virtud
¿Dios que me estará pasando?
se me acabo la virtud
III
No fue que se acabĂł, tal vez
se apagĂł por los negocios de la vida
Tu misiĂłn se ha terminado y
eres un hombre insensible
Tu misiĂłn la has descuidado
y has dejado der humilde
Ya no ven en ti a JesĂşs,
eres un hombre ocupado
Pero no en la misiĂłn que JesĂşs
te ha encomendado
Reflexiona por favor que la
gracia no se ha terminado
Hay poder en JesĂşs, el da
fuerza al cansado
Hay poder en JesĂşs, el da
fuerza al cansado
IV
Y recuerda que no es la elocuencia
la que transforma al hombre de hoy
Y tampoco es la apariencia,
ni la fama o el poder
Esto es con la unciĂłn de
Cristo, pues el evangelio es fiel
Vuelve, vuelve al principio
y su gloria podrás ver
Vuelve, vuelve al principio
y volverás a renacer
Vuelve, vuelve al principio
y volverás a renacer
Vuelve, vuelve al principio y volverás a
florecer
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